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quinta-feira, 17 de setembro de 2015

Un japonés se convierte porque copiando cuadros de Fra Angélico vio la belleza de su espiritualidad

Osamu Tanimoto, joven profesor de Arte Sacro en Florencia

Osamu Tanimoto posa con un boceto en blanco y negro de su obra de graduación, una interpretación del hijo pródigo
P.J. Ginés / ReL  16 septiembre 2015

La revista católica en inglés Regina ha entrevistado al joven profesor de arte Osamu Tanimoto, un japonés que se convirtió al catolicismo estudiando en Florencia.

“Después de copiar pinturas de Rafael y Fra Angélico me di cuenta de que lo que hacía hermosas a esas pinturas no era realmente la técnica sino la espiritualidad tras la obra”, explica Tanimoto.

“Conocí al escultor irlandés Dony McManus, que sería luego mi padrino, y me introdujo en toda esa historia de Jesucristo, el hombre que era Dios, no como un predicador, sino como un amigo”, añade. Al bautizarse tomó el nombre cristiano de Giovanni (Juan).

La Lamentación sobre Cristo, un descendimiento de Fra Angélico (más grande aquí)
Osamu Tanimoto nació en Tokyo en 1982, y creció allí. Su familia no tenía especial sensibilidad artística. Su padre, ingeniero eléctrico, no veía utilidad a los intereses estéticos de su hijo, que primero exploró el mundo del teatro y luego buscó profesionalizarse en la pintura.

Como siempre ha amado la naturaleza, estudió la filosofía de los nativos norteamericanos y tuvo como primer gran maestro pintor a Walderedo, famoso por sus pinturas del bosque amazónico.

El retorno del hijo pródigo, para comunicar
“Elegí luego estudiar pintura y restauración en Florencia porque siempre me sentí atraído por la harmonía de las pinturas y esculturas renacentistas. Llegué en 2008 y recibí mi título de artes en el Colegio Marista de Artes y Restauración en 2010”. Ese año se sumó a la nueva Academia Rusa de Arte de Florencia para conocer la tradición académica rusa, graduándose en 2014 con un trabajo sobre “El retorno del hijo pródigo”. Dice que a su familia le ha gustado mucho este trabajo, y eso le alegra porque demuestra que puede compartir su espiritualidad.

El retorno del hijo pródigo, la gran obra de 2014 de Osamu Tanimoto
“Mi familia respeta mi opción de convertirme. Ellos no son religiosos”, explica.

Ahora, desde 2013, es profesor en la Escuela de Arte Sacro, pero explica que el cristianismo era algo total-mente ajeno a él antes de llegar a Italia, porque en Japón es muy desconocido y es una sociedad muy secularizada. “Quizá eso me ayudó, porque yo no tenía nada contra la Iglesia cuando elegí ser bautizado”, admite.

Jesús nos desconcierta... pero tiene razón
Por supuesto, elegir el catolicismo es elegir ir contracorriente. Es algo sobre lo que reflexionó.
“Muchas de las cosas que Jesús decía eran desconcertantes, controvertidas, y lo que la Iglesia decía me parecía ir contracorriente de lo que la gente culta contemporánea dice. Pero en lo profundo de mi corazón veía que tenían razón. Por ejemplo, cómo la Iglesia ve la relación entre hombre y mujer en el contexto del matrimonio. O como la fe y la razón se toman de la mano y caminan juntas”, explica Tanimoto.

“Lo que era más extraordinario y me hacía arder era el misterio de la Resurrección. Cualquier sufrimiento vale la pena si tenemos fe en Él, el dolor no debe hacernos perder la esperanza. Para mí, eso le daba la vuelta a todo”, recuerda.

Un extranjero rodeado de belleza
El joven pintor está encantado de vivir en Florencia y poder ir a misa a infinidad de iglesias, todas ellas hermosísimas. Hace 5 años que es católico y seis años y medio que vive en Florencia. Con todo, a cierto nivel sabe que sigue siendo un extranjero. “Pero, me planteo, ¿dónde estaba el hogar de Jesús? ¿En Nazaret o en la Casa del Padre? Probablemente, también allí esté mi hogar”, señala.

Siempre entusiasta de la naturaleza, “ahora creo obras de arte imitando mucho a Dios, y eso me hace madurar en la fe, porque cuando pinto un tema religioso rezo más”.

Una Virgen con Niño de Tanimoto, inspirada en Murillo
Un tema que ha trabajado mucho es “La Resurrección de la Hija de Jairo”. Le gusta pintarlo y estudiarlo porque “es la historia de una conversión, como la mía”.

También le gusta pensar en los rostros asombrados de los Apóstoles. “Su reacción debió ser extremadamente humana, simple y espontánea. La alegría de los padres de la niña debió ser máxima. Vale la pena visualizar esos aspectos emocionales que rodeaban a Jesús para ver el acontecimiento, espero que eso hable a los que hoy, como el apóstol Tomás, necesitan ver para creer”.

El 7 de noviembre de 2015 se abrirá una exposición de sus pinturas religiosas en el claustro de la Santissima Annunziata de Florencia, con sus obras sobre la hija de Jairo, el Retorno del Hijo Pródigo y el domingo de Ramos. Coincidirá con el Papa Francisco, que en ese mismo templo se encontrará con enfermos de Florencia el 20 de noviembre.

El blog de Osamu con ejemplos de sus obras y la posibilidad de contactar con él es: http://osamudafirenze.blogspot.com.es



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