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terça-feira, 13 de setembro de 2016

El hombre que dispara más lejos con un arco... no tiene brazos: la asombrosa vida de Matt Stutzman

Plata en arco compuesto en Londres 2012, vuelve a los Paralímpicos en Río

Matt Stutzman ha batido el récord mundial de distancia acertando a un blanco con arco compuesto... dispara con los pies
P.J.G. / ReL  12 septiembre 2016

Matt Stutzman (mattstutzman.com) ya logró una medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y ahora vuelve a competir en los juegos de Río.

Según constata el Libro Guinness de los récords, sería la persona que ha logrado dar a una diana a más distancia con un arco compuesto: 283,46 metros.

Y eso es posible porque no tiene brazos: suelta la cuerda con la boca y sujeta e impulsa el arco con la pierna, logrando así más potencia.

Hijo adoptado, criado en una granja
Matt nació sin brazos, en Kansas. A los 4 meses sus padres biológicos se sintieron incapaces de criar al niño y renunciaron a su paternidad. Seis meses después aparecieron los que han sido sus padres adoptivos, Leon y Jean, un matrimonio granjero de un pueblecito de Iowa. El padre era también director de una pequeña escuelita rural cristiana.

"Matt aprendió a caminar y alimentarse por sí mismo a los 18 meses", explica su madre, Jean. "La estrategia de nuestra familia fue darle la libertad de intentar cualquier cosa... si lo probaba por sus propios medios. Le gustaba subirse a los árboles, o al tractor. A Matt le gustaba ayudar en la granja, llevar cubos de agua para alimentar a los animales, ir de pesca con su padre y sus hermanos... Le gustaba jugar a fútbol, baloncesto, fútbol americano y voleibol: en fin, una vida llena de acción y gente. Matt aprendió a gestionar su vida sin acomodaciones especiales".

Usar los pies para todo
Matt aprendió desde niño a usar los pies para todo. Ayudaba a sus hermanos en las tareas de la granja en la que vivían. Como le gustaba cazar, y la idea de traer comida a la familia, a los 16 años compró su primer arco... y empezó su carrera de arquero.


 
Se fue de casa a vivir por su cuenta ya con 19 años... ¡en España los jóvenes no se van de casa de sus padres hasta los 29 años!

Hoy, casado y con tres hijos, les enseña lo que aprendió de sus padres: no vale la pena quejarte por lo que no tienes, sino que hay que esforzarse por lograr tus objetivos. «Cuando me di cuenta de que mis brazos no iban a crecer supe que eso no podía frenar mis esfuerzos para alcanzar todos los objetivos que me propusiera», explica.

Diana a 283 metros: récord mundial
Cuando en diciembre de 2015 dio a una diana a 283 metros consideró que había cumplido uno de esos objetivos: ser el mejor arquero del mundo, el que da a un blanco desde la mayor distancia. 

Este es el vídeo de su intento de récord de 2011; en 2015 lo logró

Otro de sus sueños cumplidos es el de conducir. Siempre amó el mundo del motor (fue vendedor de coches), siempre quiso sentir en sus propias carnes la sensación de conducir, pero el sistema americano se lo impedía al considerarlo un discapacitado. Después de dos años de papeleo esa batalla también la ganó y hoy lleva a sus hijos cada día al colegio, usando un coche especial en el que puede cambiar las marchas con los pies.

En los vídeos que ha grabado para programas informativos o de superación, muestra como puede cambiar la rueda él solo. A menudo imparte charlas motivacionales y de superación en colegios o en encuentros deportivos.

Mientras se preparaba para los Paralímpicos de Londres, protagonizó junto con otros atletas con discapacidades el documental "My Way to Olympia", dirigido por Niko von Glasow, un director de cine sin brazos, que tenía muy mala opinión del deporte en general y de los Paralímpicos en particular, hasta que conoció a estos atletas.


 
El orgullo de una madre
La madre de Matt está muy orgullosa de él, más por su vida que por sus éxitos deportivos: "Se casó con Amber, tiene tres hijos, Carter, Cameron y Alex, es padre, cambia pañales, cocina, arregla el coche, hace el trabajo del jardín, le gusta cazar, pescar, ir de acampada y en bote, pasar tiempo con su familia...", comenta satisfecha.

Es una vida ejemplar, que obliga a pensar a todos aquellos que defienden leyes como las que permiten abortar a los bebés por "malformación", o las que facilitan el suicidio a las personas desanimadas tras un accidente. El espíritu, en Matt y en muchos otros atletas paralímpicos, se muestra más fuerte que la materia.
 


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